El Consejo de Cataluña y el Colegio de Barcelona donan microchips para el seguimiento de crías de tortuga
El Consejo de Colegios Veterinarios de Cataluña (CCVC) y el Colegio de Veterinarios de Barcelona (COVB) han donado microchips de talla pequeña para su implantación en 22 crías de tortuga, cuya liberación tendrá lugar a finales de agosto por la Fundación CRAM, dedicada a la protección del medio marino y de las especies que lo habitan. Los chips, modelo Felixcan Mine, servirán para su marcaje e identificación, de forma que se pueda conocer el historial veterinario de cada ejemplar en caso de que vuelvan a ingresar en un centro de recuperación de fauna salvaje. El procedimiento de implantación del microchip es además inofensivo.
Los chips forman parte de un proceso que empieza cada vez que el CRAM rescata una tortuga y la somete a una revisión veterinaria exhaustiva en su centro de recuperación. Esta acción permite detectar enfermedades y lesiones, tratarlas y preparar el animal para liberarlo en su hábitat natural, siempre que sea posible y seguro para este.
La acción se inscribe en el proyecto "Headstarting" de tortugas marinas para la preservación de esta especie. Muchas de estas crías han nacido en nidos de playas españolas, después han sido criadas en cautividad durante un año y cuando tienen un peso óptimo son liberadas para empezar su vida en el mar. De este modo, aumentan notablemente sus probabilidades de supervivencia al haber menos depredadores.
Acciones por el bienestar animal
Una vez más, el Consejo y el COVB responden a la petición de la Fundación, que solo disponía de microchips de talla normal, y al tratarse de ejemplares pequeños no son los más adecuados, ya que que son más incómodos y pueden afectar al bienestar de las tortugas. La donación es parte de la línea de acción de ambas instituciones, entendiendo que unade las razones de ser de la profesión veterinaria es contribuir al bienestar animal.
Así, la colaboración del Consejo y el COVB con varias entidades y fundaciones es constante y, concretamente con CRAM, el año pasado ya se realizó una donación de 100 microchips para tortugas rescatadas y otros animales marinos. En el caso de la fauna salvaje, el beneficio más evidente de la identificación con microchip es conocer el historial médico del animal (vacunas, operaciones, lesiones, etc.). Esta información resultará de gran utilidad en el supuesto de que, por el motivo que sea, la tortuga vuelva a ser atendida en un centro de recuperación.