La Comunidad Valenciana tiene un perro por cada 5,18 habitantes, frente al promedio nacional de un can por cada 3,7 personas

EL REGISTRO AUTONÓMICO DE IDENTIFICACIÓN ANIMAL AMPLÍA DESDE ESTE MES EL ACCESO PARA AGRICULTURA, AYUNTAMIENTOS Y FUERZAS DE SEGURIDAD

La Comunidad Valenciana tiene un perro por cada 5,18 habitantes, frente al promedio nacional de un can por cada 3,7 personas

CONSEJO VALENCIANO
IDENTIFICACIÓN ANIMAL

Un perro cada 5,18 habitantes, ese es el particular ratio que tiene la Comunidad Valenciana según los datos, actualizados al presente mes de julio, del Registro Informático Valenciano de Identificación Animal (RIVIA) y del último censo del INE de 2019. Pese a que la demografía permanece estable y la población de perros crece cada año, este coeficiente se sitúa aún por encima de la media del conjunto de España: un can cada 3,7.

El pequeño término de Cirat en el Alto Mijares (Castellón) es, entre los municipios que son capitales de comarca de toda la región, el que más perros tiene registrados en relación a sus habitantes (113 para un censo de 201 personas, esto es, uno cada 1,77 residentes). El segundo pueblo en este particular ranking es también castellonense, se trata de Albocàsser, en el Alto Maestrazgo, con un perro cada 2,02 personas. En la provincia de Alicante, por su parte, se sitúa en cabeza el municipio de Denia (4,31 personas por cada perro registrado) y el de Villena (4,38). Enguera, en la Canal de Navarrés (2,59 personas/perro) y Chiva (2,78), en Los Serranos, son las capitales comarcales de la provincia de Valencia con más animales de este tipo registrados en relación a su población.

En términos provinciales, es también Castellón la que goza de una proporción de perros por habitante más alta (uno cada 4,23 personas), seguida de Alicante (4,79) y a cierta distancia de Valencia (5,83). El esquema también se reproduce en sus capitales: la ciudad de Castellón (un perro cada 6,5 habitantes); la de Alicante (6,69) y Valencia (8,47).

Base de datos viva

El RIVIA, del que es titular la Consejería de Agricultura pero que está gestionado por el Consejo Valenciano de Colegios Veterinarios (CVCV), es una base de datos viva que se actualiza diariamente gracias a los veterinarios co-aboradores de este registro, que dan de alta o baja los animales identificados con su microchip. Según la legislación autonómica, sólo es obligatorio el registro de los perros y el de los équidos.

“El RIVIA ha demostrado ser un instrumento clave en la recuperación de los perros o caballos extraviados pero queremos que también sea consultado más frecuentemente por las autoridades municipales para sus políticas vecinales en materia de bienestar animal o incluso en materia sanitaria, de salud pública”, explica la presidenta del CVCV, Inmaculada Ibor.

Con esta intención y desde el 1 de julio, el RIVIA ha puesto en marcha un nuevo acceso o portal on line específicamente dirigido a organismos oficiales, para la gestión y consulta de técnicos y funcionarios municipales, de la propia Consejería o de cualquier agente de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. El sistema –con códigos de acceso individualizados- puede utilizarse a través de cualquier dispositivo con internet (ordenador, tableta o móvil) y posibilita la obtención de datos acerca del censo de animales registrados en cada término, de manera individual o agregada.

Acceder a esta información en tiempo real e in situ permite, en su caso, comunicar inmediatamente al propietario el hallazgo de un animal perdido, registrar los datos de una agresión que se acabe de producir, identificar si el animal tiene o no antecedentes, si está catalogado como potencialmente peligroso o comprobar su estado de va- cunación. A nivel estadístico, además de los datos censales, también proporciona información acerca de las enfermedades zoonóticas registradas por los veterinarios colaboradores de cada municipio mediante la Red de Vigilancia Epizootiológica, cuyos datos también se alojan en el RIVIA.

Salud animal

Este servicio permite pues el análisis de datos de enorme relevancia para salud animal y de cara a facilitar la prevención y seguimiento de las enfermedades animales de mayor incidencia en las personas (rabia, leishmaniosis, toxoplasmosis, leptospirosis, babebiosis…). A esta funcionalidad, como ya se ha avanzado, cabría añadir la utilidad más conocida del RIVIA en la lucha contra el abandono o pérdida de animales. El factor clave en la recuperación de un animal extraviado es la posibilidad de localizar a sus propietarios y para lograrlo es fundamental que esté convenientemente identificado mediante microchip.

De hecho, según las estadísticas nacionales y autonómicas, es tres veces más probable que un perro perdido co-rrectamente microchipado sea devuelto a su propietario que uno que no lo esté. En 2019, sin ir más lejos, se presentaron 1.686 denuncias por pérdida o robo de perros en la Comunidad Valenciana y gracias a su correcta identificación se pudo devolver a su dueño a 1.356.

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