El Consejo Valenciano denuncia que todavía están sin ofertar todas las plazas de veterinarios de Salud Pública de la Comunidad Valenciana
El Consejo Valenciano de Colegios Veterinarios (CVCV) denuncia el “importante desgaste físico y psicológico” – según advierte su presidenta, Inmaculada Ibor– que supone el haber abocado al colectivo de veterinarios de Salud Pública que ocupa plaza interina en la Conselleria de Sanitat a tener que simultanear durante los últimos tres años su trabajo con la familia y la preparación de unas oposiciones de tipo A-1, que requieren de un alto grado de preparación. La entidad colegial que representa a los veterinarios valencianos aclara que esta situación es consecuencia del escaso número de plazas ofrecidas en la última convocatoria anunciada en mayo de 2015 tras 18 años sin hacerlo, lo que ha perjudicado tanto a interinos como a los opositores externos. Tan prolongada situación, además, ha provocado que la cifra de veterinarios que aspiran a consolidar su plaza sume hoy algo más de 90 personas, casi todos de larga duración (más de cinco años de antigüedad) y con cargas familiares. La situación se ha agravado por la urgencia creada, al parecer, por las elecciones autonómicas, lo que podría suponer que, en breve, se convoque la Oferta Pública de Empleo (OPE) de 2017–que recoge 34 plazas de consolidación- sin llegar a ofertar, por segunda vez, la totalidad de las plazas. En tal caso, los interinos –que ya suponen en torno al 35% de la plantilla- y los opositores tendrán que acelerar de nuevo su preparación para los exámenes.
El primer colectivo aludido, cuyas labores fundamentales se vinculan a la inspección oficial en materia de seguridad alimentaria en mataderos, establecimientos (incluidos comedores escolares u hospitales) e industrias alimentarias, comenzó a prepararse para sus oposiciones mientras cumplía con su jornada laboral cuando el anterior Ejecutivo autonómico, en mayo de 2015, anunció la citada convocatoria de 17 plazas (dos de ellas para personas con diversidad funcional). Las pruebas, sin embargo, no se realizaron hasta el año pasado y podrían resolverse en breve. Cuando tal cosa ocurra, sólo ésas 17 personas conseguirán plaza. Con todo, gran número de los interinos que se presentaron aprobaron con lo que, de haberse ofertado un mayor número de plazas, habrían superado la fase de concurso oposición. En la carta que el CVCV ha remitido a la consellera de Sanitat, Ana Barceló, informando de todo ello se reclama que se consideren estas circunstancias y se analicen soluciones alternativas, que pasan en cualquier caso por ofertar el total de plazas disponibles en la siguiente convocatoria. “Pese a que se pueda dar a entender que se está reforzando el cuerpo, lo cierto es que con ésas nuevas oposiciones no se creará ni una sóla plaza que no esté ya ocupada”, insiste Ibor.
Las “prisas” transmitidas ahora por los sindicatos por convocar antes de marzo las plazas anunciadas en la referida OPE de 2017 han alimentado entre los interinos la incertidumbre que sufren desde 2015 por el futuro de sus empleos. Conviene recordar que este grupo de profesionales, además de completar su jornada laboral, de cubrir los turnos de fin de semana o nocturnos de los mataderos, de las horas extra o de cumplir con las guardias localizadas en caso de alertas alimentarias, han tenido que robar tiempo a su familia y ocio para estudiar. “Han hecho un enorme sacrificio intelectual, emocional y económico –para pagar las academias- y éso podrían habérselo ahorrado si todas las plazas se ofertasen en un mismo concurso-oposición en lugar de tanta fragmentación”, explica la presidenta del CVCV.
Al final, el ínfimo número de plazas ofertado provocará que las posibilidades de acceso para aquellos que llevan años preparándose o de consolidación para los que lo han simultaneado con su trabajo, se vean muy disminuidas.
Éstas son las razones por las que el CVCV ha solicitado a la consellera que no se convoque un nuevo proceso de oposición a menos que no recoja todas las plazas ocupadas por interinos. Sin descartar tampoco, que se pueda considerar los exámenes realizados en 2018 para determinar la capacidad de los aspirantes estableciendo, en su caso, alguna prueba más, como la elaboración de una memoria, tal como ya se hizo en los procesos de consolidación de empleo de 2002 en esta misma conselleria. El CVCV considera, en definitiva, que tras tantos años sin convocatorias se da una situación de “excepcionalidad” que justificaría tales medidas.