El Colegio de Veterinarios de Huesca organizó el pasado4 de marzo una visita turística a la alberca de Alboré, en Montmesa, junto al embalse de la Sotonera, para ver la entrada al dormidero de las grullas. A la cita acudieron 50 veterinarios, familiares y amigos en un día soleado.

Este año han pasado el invierno en esta alberca alrededor de 11.000 grullas.

La visita consistió en la proyección de un vídeo en el centro de interpretación de la localidad explicando la vida de las grullas y luego se salió al mirador para observar su llegada, atendiendo a las explicaciones del monitor medioambiental y ornitólogo Pablo Valles.

Las grullas van de paso en migración hacia el norte de Europa. Cuando hay cierzo fuerte, pasan por Huesca o por Pamplona. Visitan la Hoya de Huesca entre finales de otoño y principio de primavera.

Las grullas buscan zonas acuáticas en sus migraciones para dormir porque allí están con las patas en el agua y no tienen problemas con predadores como zorros o rabosas y perros. Además, pasan el invierno en zonas con disponibilidad de alimento como arrozales y maiz.

La grulla común (Grus grus) tiene tonalidades gris plateado y se puede ver a gran distancia. Los adultos lucen colores negro y blanco en el cuello y rojo en la cabeza y emiten sonidos de largo alcance, chirriantes y trompeteantes.

La grulla vuela con el cuello extendido, en grupos, o en formación de " V", cerca del suelo o a grandes alturas. Cuando van en " V", los adultos son los que van delante agitando fuertemente las alas y los más jóvenes o polluelos van al final, planeando, sin apenas hacer esfuerzo.