“Las formas letales de control de gatos, tanto las trampas como el veneno, son científicamente inútiles”
Katherine Polak, directora internacional de Bienestar Animal de la Fundación Soi Dog (Tailandia), impartió un curso de formación a 15 profesionales sobre esterilización felina en Gran Canaria, auspiciado por el Colegio de Veterinarios.
El curso se basa en una técnica (TNR, en sus siglas en inglés) que consiste en capturar con trampas, esterilizar y devolver al sitio de origen al gato.
Katherine Polak, directora internacional de Bienestar Animal de la Fundación Soi Dog, ubicada en Tailandia, estuvo en septiembre en Gran Canaria e impartió un curso organizado por el Colegio de Veterinarios de Las Palmas en colaboración con el Hospital Clínico Veterinario de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y con el respaldo del Cabildo de Gran Canaria. El curso estuvo dirigido a quince veterinarios que se han formado en gestión de comunidades felinas.
Polak una es experta de reconocido prestigio en el ámbito veterinario y posee una amplia experiencia en temas de bienestar animal. El curso se celebró en la Facultad de Veterinaria para formar a especialistas en la programación, el diseño y el manejo de campañas de esterilización felina. Para ello, el Cabildo de Gran Canaria aportó 30 jaulas para la captura de los animales.
Entre los objetivos del curso está la formación de profesionales desde la captura hasta la esterilización de los animales, la mejora de la confianza en las técnicas de esterilización denominadas “de gran calidad y grandes volúmenes” -es decir, esterilizar la mayor cantidad de animales en el menor tiempo posible en una operación donde se mantienen todos los estándares de calidad habituales- y la formación acerca de los cuidados pre y post cirugías de esterilización.
La fundación, creada por británicos, está radicada de manera benéfica en países como Reino Unido, Holanda, Canadá o Estados Unidos para recolectar fondos, aunque la sociedad se desarrolla en Asia y tiene sede en Tailandia.
“Británicos que se retiraron en Tailandia vieron el maltrato y el sufrimiento animal y decidieron montar esta fundación. Basaron su trabajo en campañas de esterilización en perros, contratando veterinarios locales y voluntarios. Luego empezó a crecer y en poco tiempo es la protectora más grande de todo el Sudeste asiático”, explica Katherine Polak.
Rabia y consumo
La razón por la que la sociedad también está trabajando en Myanmar (antigua Birmania) es porque existe un gran problema de rabia en la zona. Hay miles de perros sueltos en la calle infectados de rabia y un montón de casos de transmisión. El Gobierno, solamente en Rangún, la ciudad más grande del país y antigua capital hasta 2005, mata a 3.000 perros mensuales con veneno.
La fundación está a punto de poner en marcha un programa muy amplio de esterilización masiva de perros en Bangkok, la capital y la ciudad más poblada de Tailandia. Se van a desarrollar diez unidades móviles para operar 80.000 perros al año. Hay 700.000 perros abandonados en Bangkok. Tailandia tiene un bajo nivel de rabia comparado con otros países asiáticos (diez casos de rabia humana por año) y se considera un país endémico de rabia. “La gente da de comer a los perros, aunque no los tenga en casa, no se esterilizan y se reproducen de forma incontrolada”.
“En los países asiáticos en general no preocupa mucho el bienestar animal pero sí la salud humana, el turismo y todos los temas de salud pública , por lo que estamos utilizando este argumento como forma de control de la rabia y de paso mejorar el bienestar animal”, afirma Polak.
Uno de los objetivos es evitar el consumo de carne de perro. Cada año cogen ilegalmente miles de canes en Tailandia y los venden en Vietnam para su consumo. Los perros son cazados en la calle de manera ilegal y son transportados en condiciones inhumanas. En Tailandia está prohibido comer la carne de perro, pero no en Vietnam.
“En Vietnam se han comido a todos los perros de la calle y se dedican a robarlos en Tailandia ilegalmente. Estamos haciendo acciones legales con el gobierno. Si el gobierno intercepta algún envío de perro para consumo de carne a Vietnam, nosotros pagamos la comida y las vacunaciones y recibimos del gobierno ayuda para ocuparnos de 2.000 perros al mes. Estamos haciendo –manifiesta Polak- campaña en Vietnam y Corea en contra del consumo de carne de perro”.
“Estamos trabajando en una provincia del centro de Vietnam, que se llama Huê. El país está cruzado de sur a norte por la autopista 1 y todo el consumo es en Hanoi, en el norte. Luchamos con el gobierno de esta provincia para interceptar el tráfico porque pasa obligatoriamente por ahí. Hacemos una campaña de vacunación antirrábica de los perros en Huê, pero no pueden declarar libre de rabia a la provincia porque está continuamente cruzada por miles de perros que van a Hanoi. Esos perros están afectados potencialmente de rabia porque no están controlados ni vacunados”, añade.
La fundación está haciendo una campaña mediática con anuncios en las guaguas para mentalizar a la gente de que no consuma carne de perro y está tratando de que Busan City, una ciudad al lado de Seúl y la segunda más poblada de Corea del Sur tras la capital, sea declarada la primera ciudad libre de consumo de perro en el país.
“Estamos haciendo una campaña internacional para salvar a los perros del consumo humano y estamos logrando llevar unos 30 perros al mes fuera del país. Es una campaña de adopción promovida en Estados Unidos y Canadá. Ahí va la mayor parte de los perros”.
Carne de pequeño tigre
La comida de perro es un plato caro para gente de clase media alta, en buena parte ejecutivos, y se considera un manjar, una delicatessen. Su consumo no está regulado. En Vietnam sí se come carne de perro y por eso los roban. Los budistas no comen carne de perro, por lo que en Tailandia no tienen este problema ya que el 95% de su población profesa esta creencia.
En el norte de Vietnam es cada vez más popular consumir carne de perro y de gato. “Estos animales son trasladados a escondidas y cruzan la frontera con el objetivo de vender su carne de contrabando. Se considera la carne del pequeño tigre. Hemos tratado de impedirlo y hemos conseguido que el gobierno lo considere ilegal desde el pasado mes de noviembre”.
Es muy raro en Asia ver a los gobiernos luchando por el bienestar animal. “En este caso es un hito porque es la primera vez que un gobierno del sudeste asiático promueve el bienestar animal. Nosotros conseguimos de manera más fácil adopciones para los perros a los que se salva de ser comidos que para los que tienen sarna o están enfermos. La adopción de perros se facilita de esta forma en Estados Unidos y Canadá porque la gente quiere salvar a los perros de ser comidos”, continúa Polak.
“No estamos enviando muchos perros a Reino Unido porque, al ser Tailadia un país endémico de rabia, exigen una cuarentena de tres meses, lo que complica enormemente las adopciones. Eso no pasa en Estados Unidos y en Canadá, donde pueden entrar directamente”.
La adopción es una solución muy limitada. “No podemos conseguir hogares para los tres millones de perros que están en estas situaciones, pero estamos haciendo un enfoque multifactorial para negociar con las autoridades sanitarias de los gobiernos con el objeto de tratar de reducir la afluencia de perros al centro”.
“Estamos tratando de impulsar las campañas de esterilización porque, al limitarse el robo de perros para mandarlos a Vietnam y Corea, tememos que la población empiece a crecer exponencialmente con perros abandonados. Por eso queremos basarnos mucho en las campañas de esterilización”.
Los fundamentos del curso impartido por la doctora Polak no son solo las esterilizaciones en sí sino todo el proceso de capturarlos, de aportar una mejora sanitaria a la población, de educar todos los cuidadores de gatos y de realizar una información integrada en todo el proceso de control de las colonias felinas, que son un problema cultural y de salud pública. Es un asunto de calado para las comunidades de propietarios, los hoteles, la ciudad y los municipios.
Caso grancanario
“Yo creo que en Gran Canaria debe haber miles de gatos, aunque no hay un censo de animales abandonados, ni siquiera hay control de los que se están esterilizando. Los gatos están alimentados por personas en las zonas turísticas y en hoteles. Hay muchas personas que les dan de comer. Se trata de educar y aportarles beneficios sanitarios, pero también de minimizar los problemas que causan a las personas que no les gustan los gatos”.
El curso se basa en una técnica (TNR en sus siglas en inglés) que consiste en capturar con trampas, esterilizar y devolver al sitio de origen. “El único método científicamente probado de controlar a una población felina es éste, el de capturar, esterilizar y devolver. Otros métodos, como por ejemplo capturar los gatos y meterlos en un santuario o emplear métodos letales para sacrificarlos, no sirven para nada. Los gatos van y se desarrollan donde hay comida. Es imposible capturar a todos los gatos de la isla a la vez, con lo cual, habiendo alimentos disponibles, los gatos se van a seguir reproduciendo y van a seguir yendo al entorno humano”.
“El hecho de esterilizar a los gatos y hacer este tipo de campañas dan lugar no solo a un descenso del número de animales, que al no reproducirse no tienen crías, sino que además no tienen luchas territoriales, no tienen problemas, molestan mucho menos a los vecinos, mejoran su estado sanitario y en suma son mejor tolerados por el vecindario, incluso por las personas que no les gustan los gatos o a los que les molestan”.
Catnip
En el campus de la Universidad de Florida, donde estudió y trabajó Polak, se calcula que hay unos 5.000 gatos, aproximadamente. “Es una de las universidades más importantes de Estados Unidos con una Facultad de Veterinaria muy potente. Este programa, donde hay una operación en la que se le hace un corte en la punta de la oreja al gato (denominado catnip), se basa en esterilizar a unos 200 gatos mensuales. Es un servicio gratuito que ofrece la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Florida para el control de la población felina ya que su campus universitario está rodeado de urbanizaciones de chalés y campos de golf, adonde acuden los gatos, que los estudiantes cuidan y alimentan. A esas urbanizaciones se les brinda el servicio, además de las comunidades universitarios que viven en el campus.
Este programa de esterilización sirve para formar estudiantes de veterinaria y jóvenes veterinarios en todas estas técnicas, educar a todos los cuidadores e inspirar el sentimiento de trabajo en grupo para, entre todos, controlar el problema de las colonias de gatos.
“Creo que el nivel de conocimientos en medicina y cirugía es más o menos comparable con el de las universidades de América, pero donde realmente veo un punto débil en los veterinarios canarios es en la formación de este manejo integral de las colonias, donde no se trata solo de habilidades médicas o quirúrgicas, sino que hay que tener una capacidad para diseñar y poner en marcha este tipo de actividades”.
La sensibilidad varía mucho de un país a otro. “En algunos sitios de Estados Unidos la gente veía un gato en la calle, lo cogía y lo llevaba al albergue. Eso daba lugar a una tasa muy elevada de eutanasia. La mentalidad ha ido cambiando con los años. Fomentar estas políticas de capturas, esterilización y devolución al lugar de origen se ha ido desarrollando, pero la actitud de los políticos varía mucho de una ciudad a otra en todo el mundo”.
En Estados Unidos hay ahora un movimiento que se llama 'albergar, esterilizar y devolver'. “Si eres una persona que odia a los gatos, los coges, los llevas al albergue, allí lo esterilizan, lo vacunan, le dan cuidados y al final lo devuelven al sitio de donde vino”.
Sin embargo, no hay fondos en general para este tipo de acciones y las autoridades son básicamente negligentes. “No invierten ni se preocupan del problema”. En Hong-Kong, sin embargo, al ser una sociedad más occidental, la protectora tiene un poder enorme. “Han hecho una campaña de esterilización de 20.000 gatos, los tienen controlados con microchips y saben dónde están. Han hecho una inversión y una mejora sanitaria muy importante”.
La Sociedad Protectora de Animales de Hong-Kong tiene sus oficinas en un edificio de cuatro plantas en el centro, y el tercer piso está dedicado íntegramente a las campañas de esterilización. “Hay áreas quirúrgicas, zonas para guardar las trampas, es impresionante”.
Con el objeto de hacer que este programa funcione, tiene que haber colaboración conjunta de autoridades, los cuidadores, los que esterilizan y los albergues locales. “Si no, no funciona. Esto es un punto importante. Si consiguiésemos esterilizar los gatos, las razones por las cuales la gente que odia a estos animales desaparecerían en su mayoría porque dejarían de marcar el territorio, dejarían de maullar, dejarían de tener celos y dejarían de tener crías. Dejarían de molestar, en definitiva”.
“Por otro lado, hay una enemistad tradicional y mundial entre los amantes de los pájaros en la naturaleza y los amantes de los gatos, y no hay forma de ponerlos juntos a hablar. Esto está pasando aquí también. Si ambos grupos se juntaran se podrían buscar soluciones pero son irreconciliables porque uno va a una cosa y el otro a la contraria”.
En Florida se creó un movimiento para esterilizar y devolver sin tener nada que ver con el ayuntamiento ni con la ciudad. “Empezaban a venir gatos y se devolvían. Dejaron una línea abierta de teléfono para que la gente presentara sus quejas y estas disminuyeron drásticamente. Los gatos, una vez esterilizados, prácticamente no causaban problemas y el hecho de tener una línea telefónica disminuyó las quejas. Si los problemas eran menores, como que un gato se metiera a escarbar en un jardín y estropeara las plantas, desde la misma protectora le ponían una valla para que no entrara. O si los gatos se subían al coche y se lo manchaban, le traían una funda para ponerla por la noche y los problemas se fueron controlando y desapareciendo”.
De esta manera se consigue mejorar la calidad de vida de los gatos y se disminuyen mucho las eutanasias. La mejora de la calidad de vida de los gatos y la menor afluencia de estos al albergue evitan un número significativo de eutanasias.
Trampas y veneno
En relación con la cantidad de gatos que circulan por las carreteras canarias, Polak no conoce que exista el problema de los gatos salvajes que se cruzan por la vías en Florida. “Mi consejo inicial es esterilizarlos porque, como son territoriales, se quedan en la zona donde está su comida y vagabundean menos”.
La doctora considera que las formas letales de control de gatos, tanto las trampas como el veneno, son “científicamente inútiles” porque no consiguen reducir realmente las colonias. Además, estos métodos no son aceptados por la sociedad y la gente los rechaza.
“Hay un montón de ejemplos en muchos países de que cuando aparece una población muy alta de gatos hay una tendencia de control gubernamental de hacer campañas masivas de envenenamiento. No ha habido ningún caso en toda la historia donde esto haya tenido éxito. Siempre los gatos que quedan se reproducen masivamente. De esa manera no se pueden controlar los gatos”.
Para ella, la única forma efectiva es hacer las esterilizaciones y devolverlos al sitio. “De esta manera el número de gatos va reduciéndose gradualmente y es la única forma demostrada de que esto puede funcionar. Es importante que en las campañas se hagan las esterilizaciones de una vez al menos al 70 por ciento de los gatos de la colonia. Hacer números menores no sirve para nada. Las consecuencias de las esterilizaciones se empiezan a notar a partir de los dos años pero es importante hacerlo de golpe. Si coges pocos gatos en las trampas, desde que los otros ven lo que les ha pasado dejan de caer”.
Los gatos esterilizados o castrados viven mas tiempo y están mucho más sanos al estar vacunados y controlados. “Están menos expuestos a enfermedades, accidentes y peleas. Durante esta semana he visto que el promedio de edad de los gatos es de uno a dos años, lo que quiere decir que hay un mortalidad enorme, que los gatos se están reproduciendo de forma muy acelerada y que no llegan a viejos en la calle, se mueren o los matan. Eso quiere decir que a pesar de la alta mortalidad los gatos se siguen reproduciendo de una forma muy importante”.
La técnica que ha impartido la doctora Polak en Gran Canaria permite esterilizaciones masivas, lo que se llama cirugía de gran calidad y grandes volúmenes, y es el único método que permite controlar una población felina. “Nosotros tendremos que actuar de forma conjunta, capturar el 80 por ciento de gatos de la colonia (porque los demás desde que vean las trampas ya no se van a dejar coger con tanta facilidad), esterilizarlos y devolverlos. Y luego mantener un control continuo periódico de los gatos que se van reproduciendo”.
Este curso de cirugía de gran calidad y grandes volúmenes está dando buenos resultados. “Eso quiere decir que se trata de hacer la mayor cantidad posible de esterilizaciones. Los procedimientos que se emplean no significan un compromiso para la integridad del animal y son aceptables en una clínica privada de referencia. Se mantiene el estándar de calidad de cualquier otro servicio”. De esta manera se puede hacer diariamente entre 50 y 100 gatos con esta técnica, dependiendo del servicio.
Objetivos del curso
El objetivo del curso no era realizar operaciones a un número significativo de gatos, sino que los veterinarios asistentes adquirieran confianza y mejoraran sus habilidades. Se había planificado un total de cien gatos. “El primer día fue solo teoría y un laboratorio para aprender a hacer nudos con cuerdas y a partir del segundo día se empezó a mejorar tan rápidamente en las habilidades que acabábamos una hora u hora y media antes. El número de gatos fue aumentando exponencialmente cada día y en total hicimos 220 gatos. Hemos más que duplicado el número de gatos previstos. La gente ha mejorado sus habilidades y se ha aumentado la velocidad del trabajo de forma clara de un día para otro”.
“Cada veterinario puede hacer cada día unos 25 gatos y si juntamos unos cuantos habría que multiplicar la cifra. Este pequeño ejército de veterinarios que hemos formado específicamente en este tema puede controlar la situación de los gatos en Gran Canaria, que no está desbordada. Hay muchos gatos, pero en uno o dos años puede hacerse un control significativo de la población felina en la isla”.
La idea del Colegio de Veterinarios de Las Palmas es apostar por esta formación con la colaboración de las instituciones. Por primera vez hay una entidad pública como el Cabildo, que está muy interesado y está apostando muy seriamente por este tema. El Colegio de Veterinarios, en boca de su presidente, no se va a quedar atrás. “Vamos a intentar mover donaciones de entidades privadas, como las de hostelería, que están muy afectadas por esto, para intentar poner en marcha una campaña y repetir el curso el próximo año y formar otros veterinarios. Tenemos prevista una campaña en noviembre en Gran Canaria, y otra en Lanzarote y Fuerteventura, para tener cubierta toda la provincia. La idea es incrementar este equipo y dotarlo de autonomía. El Colegio va a tratar de facilitar infraestructuras y la idea es que los ayuntamientos manejen los recursos económicos que aportan protectoras y entidades privadas para trabajar de una forma más eficaz”.
La doctora Polak estima que los gatos en líneas generales están muy influenciados por el entorno de los cuidadores, que los acarician, por lo que hay zonas donde los animales están más sociabilizados, “pero en línea generales el sistema tiene que ser con trampas para gatos salvajes que se colocan en sitios específicos. Lo lógico es que los ayuntamientos tengan un banco de trampas y que se los cedan a los cuidadores para que estos capturen a los gatos. Las trampas permiten manejar al gato mucho mejor para ponerle la anestesia y es la forma más fácil de capturar simultáneamente un buen volumen de ellos”.
La mayoría de los gatos, el 90 por ciento, viene en transportines normales, no mediante trampas. “Nosotros no podíamos tocarlos. Fue un problema grande pasarlos a una jaula para poderlos pinchar. Eso quiere decir que los cuidadores han sido capaces de amansarlos, tocarlos y cogerlos. Sociabilizarlos ha sido un trabajo de ellos, con lo cual han conseguido atenuar el nivel de salvajismo. Pero en líneas generales lo ideal son las trampas. El problema es que es difícil manejar a los gatos dentro de los transportines porque si metes la mano el animal te muerde o araña”.
La experta quiso dar las gracias al Colegio de Veterinarios de Las Palmas por haber organizado este curso. “A veces la gente que trabaja en la protección de la fauna silvestre está en contra de estos temas. Hay que decirle al público en general y a nuestros colegiados que hemos iniciado un camino en la medicina de albergue con los mejores expertos del mundo”, manifiesta Enrique Rodríguez.
“La doctora Polak tiene una gran reputación internacional, todo el mundo la conoce, ha trabajado en un montón de países y en muchas campañas. Está siendo la autora del primer libro de medicina de albergue y todo lo que han aprendido nuestros veterinarios en estos días es absolutamente incuestionable ya que tiene evidencia científica y rigor en lo que se está haciendo”, añade.
“Este ha sido el primer empujón grande de salida. En febrero tendremos un curso de medicina de albergue para enfocar toda la problemática de bienestar animal dentro del diseño del Plan de Mascotas del Cabildo de Gran Canaria, con el cual estamos trabajando codo con codo para salir de una vez de una situación tercermundista. Aquí hay un agravante claro, y es que estamos incumpliendo la normativa europea en cuanto a bienestar animal, en transporte y en albergue. Hemos tenido negociaciones con el Gobierno autónomo para contribuir a la elaboración de una nueva ley de protección animal en Canarias, adaptada a la normativa europea y sobre todo con instrumentos que la hagan cumplir para que no pase como con la ley anterior”, concluye el presidente del Colegio de Veterinarios de Las Palmas.